12 de septiembre de 2010

miedo

miedo.
deberías sentir miedo.
en cualquier momento un rayo
helado podría recorrerte,
entrar por las plantas de los pies,
abrazársete a los muslos, a las caderas,
podría por dentro secarte, mantenerte congelada.

deberías temer por la implosión, cada vez más probable, de tu pecho,
tendrías que estar atenta a las marcas en el cuello,
al gusto a sal de tus encías,a la escarcha en las pestañas,
deberías temer el ver caer todas tus disculpas congeladas
al apenas pronunciarlas.

sería bueno que rieras por días enteros ahora que aún logras hacerlo.

deberías temer porque en cada incendio buscarás calor,
y por dentro seguirás cegada y fría, insensible, insaciable,
y tendrás bien claro de dónde viene el mal,
porque tú lo provocaste.

deberías sentir miedo,
o aprender a actuar sin dejar rastros.
sobreviví porque tengo a qué aferrarme,
¿pero tú...qué harás tú cuando Dios te mande la factura?

8 de septiembre de 2010

Se llenaron de nubes los pulmones...

se llenaron de nubes los pulmones,
ahora las tormentas nacen de mi pecho.
son semanas las que llevo a buen resguardo,
comienzan a escasear las provisiones.
sé que me alejo del poema,
que esto se acerca peligroso a la noticia,
al lamento o despedida,
pero esto es lo que sucede y tengo que escribirlo.

marco los diez números para salvarme,
para encontrar un asidero.

ella lo sabe.

me regala su risa,
me platica de la escuela, de su cena,
hacemos planes como antídotos,
combatimos el miedo desde castillos de playa,
y se planta valiente y manda besos para papito.

pero luego cuelgo y estoy solo,
sabiendo a los amigos lejos
-quiero pensar que confundidos-
no es tiempo de pelear con nadie,
al contrario,
tendría que pensar en remediarnos pero...

estoy lleno de nubes,
de días grises, de un maldito encierro,
¿qué podría contar ahora que no doliera?
¿qué podría ofrecerte ahora que me estoy secando,
al tiempo que me ahogo, gota a gota?