Dejaré de llamarte agua, río o mar,
no te beberé incolora, nunca más del grifo.
Adiós a la fuente genérica, a las duchas rápidas,
a las tinas elegantes y excluyentes,
al jacuzzi seductor, a la alberca clorada.
No serás más lluvia o rocío,
para mi serás Isabel o Cecilia
si es que me he de convencer de cuánto faltas.
5 comentarios:
:)
qué bueno está!
saludos desde Morelos.
Pequeño pero muy bueno, felicidades Edel!
Muy buen texto Fabuloso...
Agua,
redime o sentencia,
culpa o glorifica.
Escurridiza,
entre los dedos,
como los recuerdos,
las promesas.
Ligera,
manantial,
donde brotan besos
y promesas que escapan.
Dejaremos de llamarlas agua, de lo contrario corremos el riesgo de morir de sed.
Saludos y Oraciones,
San Alferio Abad.
Pues Isabel no es mal nombre... aunque tambien es indispensable. Me encantan tus versos!!!
Publicar un comentario