14 de diciembre de 2011

algunas iluminan...

algunas iluminan, colorean.

otras son un mal paso,

una torcedura que tarda de dos a tres semanas en sanar.

las hay que duran para siempre

y uno crece y se columpia de su mano.

algunas llegan en el momento menos pensado

y explotan como fuegos artificiales,

dejándonos sordos y maravillados.

algunas son gaseosas:

nos llenan, nos expanden,

son ineludibles y con ellas

flotamos conmovidos, a la deriva.

algunas son agua de uso,

imprescindibles, naturales.

pero hay las que llegan y se hacen polvo,

y con la llovizna, barro.

y hay que sacudirlas del abrigo

-de los anteojos-,

porque manchan las manos,

porque asfixian,

porque ensucian la camisa

y te dejan gris y cansado.


hay que ahuyentar esas amistades.